MÁQUINAS POR POLÍTICOS
Madrid, 31-10-2022
(Lectura
rápida 😀)
Mi
sobrino Evaristo está estos días en Madrid y nos reunimos en la terraza de mi
bar favorito. PAAF, el dron-mayordomo volador nos ha instalado y los robots ANDREA
y SAM nos han traído nuestras consumiciones que han anticipado correctamente,
como siempre, con su inteligencia artificial. El
dueño del bar lleva desde hace años mucha ventaja en esta materia a la competencia.
Mientras
SAM nos deja vasos y montaditos, Evaristo me comenta que en Dinamarca hay una
formación política, el Partido Sintético,
que tiene como Secretario General a un robot, una máquina, que se llama Leader Lars, que puede mantener entrevistas
con los medios de comunicación y, asimismo, dialogar con cualquiera.
- Es verdad, le digo mientras ojeo distraídamente un mensaje
en mi teléfono inteligente, pero ese robot reconoce que, en el caso de obtener escaños en elecciones, tendrán que
sentarse en ellos miembros de la
especie Homo Sapiens.
- Visto lo que estamos viendo en España, comenta mi sobrino, posiblemente
sería un paso positivo hacia la sensatez
que nuestros partidos se doten de robots que sean sus secretarios generales,
presidentes o coordinadores generales, según la terminología preferida por cada
cual.
“Al parecer no es posible”, interviene ANDREA
con voz metálica tristona, al dejarnos unas croquetas, “porque la legislación
exige métodos democráticos para la organización interna de los partidos”.
- No obstante, señala Evaristo, ello sería de fácil solución
ya que bastaría que los diputados se pusieran de
acuerdo para permitir su
sustitución por maquinas en los partidos.
- Así de fácil, le digo riéndome, como
acordar la renovación del Consejo General del Poder Judicial o, eventualmente,
la modificación de las reglas para ello, o que los partidos nacionalistas e independentistas
hablen de su diversidad en la unidad de España, señalada por la Constitución, o
…
- … O que Bildu condene a ETA, completa Evaristo
interrumpiéndome a la española. En nuestro país, insiste, volviendo a nuestro
tema, inventamos poco pero mejoramos los inventos ajenos. Podríamos aceptar, pues, que los robots no
sólo sustituyan las direcciones de los partidos políticos, sino que también tomen el lugar de las Señorías en las
Cortes que no votan por sí mismas
sino siguiendo ciegamente las directivas de sus direcciones.
“Para apretar un botón no hace falta un Homo Sapiens,
y menos aún si sus políticos parecen pertenecer más bien a la especie solamente
Homo” afirma displicentemente SAM mientras repone nuestras bebidas. A Evaristo
y a mí no nos ha gustado este comentario más que nada por ser un robot quien lo
dice. “Tiene razón”, admitimos, sin
embargo, cuando ya se ha marchado.
- No debiera ser difícil elegir entre inteligencia artificial
o inteligencia no se sabe qué, sentencia Evaristo.
- ¿Qué es más prioritario en España, un robot como mayordomo
casero o uno como político?, pregunto a mí sobrino.
- ¡Un robot político,
y cuanto antes!, exclama Evaristo con una carcajada.
ANDREA
y SAM, nos aseguran que están dispuestos a sentarse en los escaños del Congreso
de los Diputados, incluso del Senado. En cambio, PAAF nos confiesa, con su
acento francés de fábrica, que tiene dudas porque tienen más aliciente para él
sus tareas de mayordomo del bar. ¡Vaya por Dios! Nos
reímos los cinco mientras pago y
abandonamos la elegante terraza del bar conscientes de que en realidad Leader
Lars y su partido sintético constituyen un experimento para que humanos y
robots se relacionen, algo a lo que la ciencia ficción ya nos ha acostumbrado.
- Queda la práctica, me dice Evaristo ya andando por la calle.
- En realidad, le comento, nuestra vida ya está ampliamente
condicionada por inteligencias artificiales, generalmente para bien, aunque no
siempre. Sin embargo, más parecen equivocarse los Sapiens y, en nuestro país, la política es la más necesitada de cualquier tipo de
inteligencia.
Carlos Miranda, Embajador de España