PERICO
Madrid, 27-02-2023
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Últimamente veo poco a mi sobrino Evaristo. Viaja por motivos que no me explica y a veces pienso que trabaja como espía internacional pues entre los lugares a los que va está Ucrania, martirizada por Rusia. Luego me cuenta cosas, unas evidentes y otras que producen incredulidad.
Esta vez hemos quedado en mi bar favorito donde PAAF, el dron-mayordomo volador nos ha sentado en una mesa de la agradable terraza protegida del frío y del viento. Enseguida los androides, autómatas dirían antes, ANDREA y SAM nos traen lo que queríamos tomar sin preguntarlo gracias a su prodigiosa inteligencia artificial.
Evaristo me felicita por mi cumpleaños y ANDREA y SAM traen una pequeña tarta de chocolate con dos velas en forma de un ocho y de un cero que soplo vigorosamente. “Su sobrino nos llamó para avisarnos, pero le dijimos que ya lo teníamos previsto” me dice a la vez con cariño y suficiencia ANDREA, mientras ella, SAM y PAAF me avergüenzan cantándome un “Happy berza” tan fuerte, aunque melodioso, que los demás clientes abandonan sus conversaciones, miran y aplauden rabiosamente.
Evaristo y yo damos rápidamente cuenta de la tarta mientras un gato callejero se cuela para comerse unas migas achocolatadas antes de que PAAF lo eche asustándolo con un vuelo rasante mientras le dice “Fuera Perico”. “¿Porque le llamas Perico?”, pregunto. “Porque Sánchez, como los gatos, tiene muchas vidas” responde PAAF mientras se dirige hacia unos clientes que acaban de llegar.
- Tiene razón, me dice Evaristo. Los gatos tienen muchas vidas y Sánchez ha sobrevivido políticamente muchas situaciones aparentemente funestas para él.
- En efecto, le respondo, la cuestión es saber cuántas vidas gatunas le quedan, cosa que ni él mismo debe saber.
“Nació en un año bisiesto, un 29 de febrero”, afirma SAM con seguridad. “Es Piscis, como usted”, añade mirándome. “¡Eso sí, cumple cada cuatro años!” exclama riéndose con un timbre metálico.
- En efecto, ese es el motivo de sus vidas de gato, afirma Evaristo con total seriedad mientras me mira tan intensamente que me entra la duda de si está o no hablando en serio.
- ¡Venga ya!, exclamo por decir algo pues en realidad me he quedado sin habla. Evaristo se ríe con tantas ganas que me desconcierta y sigo sin saber si habla en serio.
- Pues 2016, un año bisiesto, no fue un buen año para él, le digo a Evaristo. Le fue mal electoralmente y los barones le defenestraron. En 2020, nos llegó el virus del COVID.
- Es verdad, pero le van bien los años anteriores a los bisiestos. No ganó, señala mi sobrino en 2015, pero se dio verdaderamente a conocer, y en 2019 formó su exitosa coalición con Podemos, y este año, año electoral, es víspera de año bisiesto.
“Será usted partidario de Sánchez”, interviene SAM, mientras deja unas aceitunas negras y agrias, “pero lo de que es una coalición exitosa no lo piensa mucha gente”.
- Es verdad, reconoce Evaristo. Se pelean todo el tiempo podemitas y socialistas e incluso la todopoderosa Yolanda no consigue poner orden en esa jaula de grillos.
- Tu afirmación sería quizás irónica, intervengo, pero el hecho es que, incluso sin sentido del ridículo, siguen gobernando sí es sí. Cabalgan.
“¡Que gracioso es usted!”, exclama ANDREA, mientras recoge unos platos. “Oigo a clientas y clientes de todo pelaje, pero les puedo asegurar que nada está claro de cara a las elecciones que se avecinan, ni siquiera lo que dirán los sondeos después de la moción de censura que protagonizará Ramon Tamames”.
- Tienes razón ANDREA, señala Evaristo, pero es cuando se vuelven de actualidad las vidas gatunas de Sánchez.
Le pagamos a PAAF que nos despide en francés para recordar que es de fabricación gala. “Au revoir”, nos dice con cierta pretensión. Evaristo, me da un abrazo sentido y sé que se va de nuevo a una misión misteriosa cuya esencia no me confiesa.
Carlos Miranda, Embajador de España