PABLO
Y CARLES
Madrid,
04-04-2023
(Lectura
rápida 😊)
También en La Hora Digital
https://www.lahoradigital.com/carlos-miranda/autor/1931
Era esta Semana Santa y ese día mi bar favorito estaba cerrado. Mi sobrino
Evaristo se extrañó:
- Algún “reglamento humano” impedirá que abra hoy, contesté irónicamente, o el dueño, que nadie conoce, se ha tomado un descanso.
“Tengo una idea”, ofreció la ginoide ANDREA que, aparcada dentro del bar, había salido al vernos llegar. “Vámonos a la Taberna Garibaldi”. El androide SAM y el mayordomo PAAF asintieron entusiasmados.
- Han cerrado, dije poco inclinado a contribuir a pagar, consumiendo allí, la hipoteca del chalet de Iglesias.
- Volvieron a abrir, señaló Evaristo. Tuvieron una avería. En cambio, les vandalizaron la fachada unos anarquistas a los que no gustó que una bebida se llamase “Durruti Dry Martini”. Les pareció irreverente con el histórico líder anarquista.
- Está en el número 6 de la calle del Ave María anuncié. Hasta los androides no pudieron reprimir una carcajada.
“No entiendo”, dijo PAAF con su
acento francés de fábrica.
- Tienes que olvidar la revolución francesa y adaptarte a las contradicciones españolas, le aconsejé.
Al llegar al Garibaldi nos instalamos prudentemente en una esquina de la barra. ANDREA y SAM llevaban gabardinas y sombreros para que nadie viese que eran robots. PAAF, que además de volar tiene capacidad furtiva, se coló discretamente.
- ¿Qué van a tomar? nos preguntó con simpatía el encargado de la barra.
- ¿Cómo?, dijo Evaristo.
- ¿Que qué van a tomar?, insistió el encargado cuya sonrisa se había congelado.
- ¿No lo sabe usted?, aventuró Evaristo acostumbrado a que en mi bar favorito ANDREA y SAM traen todo lo que deseamos sin preguntar gracias a su Inteligencia Artificial.
- ¿Cómo voy a saberlo?, preguntó a su vez el encargado, ya sin sonrisa alguna.
“Aquí solo tienen
inteligencia humana”, le dijo SAM a Evaristo.
- Póngame un “Fidel Mojito”, dije tras ojear rápidamente la carta.
- A mí un “Gramsci Negroni”, encargó Evaristo.
- ¿Y esos?
. Pónganos a cada uno un “Che Daiquiri” dijo ANDREA para disimular ya que los robots no absorben líquidos. “Nos van a actualizar y podremos hacer como que comemos y bebemos” me susurró al oído un SAM radiante.
Tras ponernos las bebidas el encargado se relajó y nosotros también hasta que PAAF preguntó “¿Esta Pablo?”.
- ¿Qué Pablo? inquirió a su vez el encargado otra vez tenso.
- Iglesias, intervino Evaristo.
- Tiene cosas más importantes por hacer que poner copas, señaló el encargado acariciando uno de sus pendientes.
- ¡Ah!, exclamé sorprendido.
- Si, precisó, reponiendo la goma de su coleta teñida de morado: Sánchez le lleva a TVE 1 de comentarista. La revolución está al caer.
“¿Y Yolanda?”, preguntó PAAF con su impertinencia gala.
- ¿Dices algo?, saltó el encargado con un tono hostil.
- Se refiere a una novia suya, dije echándole un capote a nuestro mayordomo mientras pagaba.
Salimos y callejeamos por Lavapiés. Vimos un restaurante nuevo lujoso que se llama “Can
Puigdemont”. Miré la carta en la puerta bajo un cartel que rezaba “Menú
President”. Ofrecían “Calçots Reconciliación”, añadiendo que era “el plato
preferido de Pedro Sánchez”. SAM se reía: “Tienen un vino del Penedés denominado
“Amnistia” y un postre “Banana Split Autodeterminación”. El portero del
establecimiento, vestido de estelada, nos echó de su territorio: “Llegan Félix Bolaños
y Santos Cerdán otra vez a cenar por solo siete escaños”.
- Marta Rovira ha entrado en el restaurante para negociar el referéndum de independencia, aseguró Evaristo.
- Se ha hecho calvinista y está en Ginebra. ¿No lees los periódicos?, le dije malhumorado.
“Los sanchistas aseguran que esta
vez no cederán en lo del referéndum de independencia”, señaló ANDREA. Nos
reímos todos: “Lo mismo dijeron con la amnistía”. “No
son de fiar”, concluyó SAM mientras descartábamos buscar una Herriko
Taberna cercana a las Cortes. Ya teníamos
bastante.
Carlos Miranda, Embajador de España