NADA COMO ANTES
Madrid,
27-06-2024
(Lectura
rápida 😊)
También en La Hora Digital
https://www.lahoradigital.com/carlos-miranda/autor/1931
“Nada va a ser ya como antes” me dice mi sobrino Evaristo y suma maliciosamente, aunque con cariño: “Estas viejo”. Como somos los dos de familias algo pijas, pero ilustradas, añade: “Estas demodé”.
Nos reímos. ¿Qué otra cosa puedo hacer yo, ahora demodé? Evaristo me da una palmada con una sonrisa porque en el fondo teme haberme agraviado. Nada de eso, naturalmente. ¿Viejo yo? ¿Y demodé? ¡Ya veremos cuando tenga mi edad!
La ginoide ANDREA y el androide SAM, camareros en mi bar favorito y de una eficacia inigualable por seres humanos, así como el dron-mayordomo volador PAAF, se ríen también, sin segundas intenciones, con esa inocencia casi ingenua, pero a veces perversa, de sus inteligencias artificiales.
ANDREA y SAM nos han traído como siempre
lo que deseábamos tomar sin preguntar gracias a esa inteligencia artificial
suya. Computan lo tomado en el pasado, el día que hace, nuestras pintas y la
cara que ponemos. Para ellos, es coser y cantar.
Preocupada, ANDREA inquiere si habrá repetición electoral en Cataluña y SAM por
el ascenso de la extrema derecha en Francia.
- Yo comparto lo que dices en tu blog, afirma Evaristo mirándome: Puigdemont no quiere que puedan gobernar los socialistas en Madrid y Barcelona y, además, pretende que le “restituyan” su presidencia de la Generalidad. Es probable que haya elecciones catalanas este otoño. Y si Puigdemont no logra su objetivo en Barcelona, ya veremos qué hará luego en Madrid.
PAAF se acerca y cuenta una conversación entre dos clientes que ha oído mientras volaba de un lado para otro de la terraza del bar: “Tenían acento catalán y describían un conjunto escultural para instalar en Barcelona tras la independencia”. Le pedimos más precisión. “Decían que estaría Puigdemont de pie, sonriente, y abrazado a él Sánchez, de rodillas, entregándole dos llaves representando la libertad y la independencia”. Volvemos a reírnos todos, más nerviosamente por lo estrafalario del relato, pero conscientes de que hasta podría hacerse realidad un día ya que por su egoísmo monclovita Sánchez revivió el verano pasado a un Puigdemont entonces tan alicaído como su separatismo.
- Respecto a Francia, le digo a SAM, me temo que habrá cohabitación entre el “lepenismo” y Macron que seguirá de Presidente de Francia, pero peleándose con su Primer Ministro de extrema derecha. La esperanza de Macron es que esa extrema derecha se erosione gobernando para que Marine Le Pen no gane la elección presidencial de 2027. La nuestra, que los de Macron puedan resistir. En todo caso, eso traerá complicaciones en el seno de la Unión Europea porque Meloni ha resultado ser más acomodaticia a la política exterior de la Unión de lo que se pensaba, pero los “lepenistas” quieren acabar con la UE, como Orban en Hungría, otro prorruso.
Nos preguntamos todos cuál será la causa de la subida de la extrema derecha. “Los errores de todos los que gobiernan”, responde ANDREA que no deja títere con cabeza gubernamental. “Ellos conducen el coche”, sentencia lapidariamente, “y han de responder antes que nadie”. “Hay que añadir las influencias negativas de la extrema izquierda”, añade SAM, “que constituyen un llamamiento a la extrema derecha. Mbappé tiene razón”, continua, “hay que resguardarse de todos los extremos, no sólo de uno. Es lo que no ha querido hacer Sánchez con su muro sanitario contra Feijóo si bien retira un ladrillo al entenderse con él acerca de CGPJ, un acuerdo que debe de ser aceptable porque todos los que están a la izquierda de Sánchez o a la derecha de Feijóo han puesto el grito en el cielo”.
PAAF vuelve a acercarse: “No se hagan ilusiones. los cordones sanitarios saltaron hace tiempo. El PP pacta con Vox y Sánchez lo hace desde hace mucho tiempo con la extrema izquierda, los comunistas, los separatistas y los herederos de ETA. Sánchez nunca quiso pactar con el PP buscando políticas de centro, ni en 2016, ni en 2023. Prefiere polarizar la política y la sociedad. Nada puede ser ya ser como antes”. Su acento francés de fábrica no puede disimular su censura.
Mi sobrino paga, aunque me tocaba a
mí. ¿Qué otra cosa podía hacer él para hacerse
perdonar sus impertinencias? Es tarde y por la calle, recalentada
por un sol que ahora se acuesta, solo caminan besándose unos jóvenes despreocupados.
Carlos
Miranda, Embajador de España