TRAMPA SADUCEA
(06-01-2020)
Entro
en mi bar favorito donde sus androides están colocando unos carteles que rezan
“22 ENERO”. “¿Qué hacéis?” pregunto a ANDREA y SAM. “La mesa de negociación
entre los gobiernos de Catalunya y España, por orden alfabético y en lenguas
vernáculas, debe iniciarse 15 días después de que haya un gobierno español”,
responde SAM. “Como el 7 de enero habrán investido a Sánchez, el 22
comenzará esa negociación”.
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Mejor
sería que estos robots hubieran añadido un “más o menos” en sus carteles, le
digo a mi sobrino mientras me siento con él en la barra.
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Sánchez
es un superviviente, responde Evaristo. Condiciona la política desde 2014,
cuando sucedió a Pérez Rubalcaba que bautizó como “Frankenstein” un gobierno
como el que vamos a tener. Si viviese, igual diría que Sánchez es el
mismísimo Frankenstein ...
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No
lo creo, respondo. Rubalcaba era educado, algo que ya no es frecuente en los
políticos. ¡Menudas cosas se han oído en estos plenos para la Investidura de
Sánchez! Una vergüenza. ¡Vaya ejemplo el que dan muchos de nuestros líderes
políticos! La derecha tiene un mal perder que invalida, incluso, críticas
legítimas.
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Me
preocupa esa mesa “hispano-catalana”, me dice Evaristo, porque no veo más que tres salidas:
autodeterminación; España Federal; o que todo siga igual, pero peor.
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Para
las dos primeras no bastaría una consulta solo en el Principado, le digo, y no
descartaría, tampoco, alguna fórmula a medio camino entre esas dos primeras.
SAM sirve
nuestras comandas que ha adivinado con su inteligencia artificial. “Este
gobierno catalán”, afirma, “solo quiere la independencia. Lo menos que
aceptarán es otra escala hacia su objetivo final”.
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Probablemente
tiene razón SAM, señala Evaristo, pero es necesario dialogar, aunque no está
claro qué pueden acordar. Unos parten de independencia y amnistías. Los
otros de no rotura de España, respeto de la Constitución y de la legalidad. Por
ello, sorprende que los socialistas hayan criticado duramente la Junta
Electoral Central por ratificar el viernes pasado la inhabilitación de Torra y
no considerar parlamentario europeo a Junqueras. Compete ahora al Tribunal
Supremo pronunciarse. En Europa ya le consideran parlamentario, al igual que
Puigdemont y Comín. Un buen lío.
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Esperemos,
señalo, que algo positivo salga de esa negociación, pero es difícil que en una
cuestión como ésta se pueda llegar a un resultado constructivo si no están de
acuerdo todos en cada bloque, algo imposible hoy en día con el mal clima
político existente. Esto es lo que ocurrió con el Estatut recurrido por el
PP, con funestas consecuencias.
ANDREA
pasa cerca y afirma que el gobierno de Sánchez corre el riesgo de durar poco. “No solo por lo complicado
de armar mayorías según los temas a aprobar en el Parlamento, entre ellos los
presupuestos, sino porque la bildutarra Mertxe Aizpurúa afirmó que los
independentistas son imprescindibles para la izquierda. Si es así, prosigue
cándidamente ANDREA, en cuanto se independice alguno, perdería Sánchez un apoyo
indispensable...”.
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¡Sin
duda!, exclama con humor Evaristo.
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Dudo
que nadie se independice,
señalo, a pesar de esas “malas compañías” y que sea preocupante oír que la
izquierda no puede gobernar sin los independentistas.
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Así
es, admite Evaristo, pero, también es preocupante ver a Arrimadas buscando
tránsfugas socialistas para evitar la Investidura de Sánchez cuando ella y
Rivera no quisieron pactar con él tras los comicios de abril.
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En
efecto. Juntos tenían 180 escaños y hubieran evitado la preeminencia actual de
Podemos y de los independentistas. Sánchez se puede quemar con éstos, pero la
derecha ya se ha chamuscado los dedos empujándole hacia ellos.
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“Las
derechas”, como dijo Sánchez, precisa Evaristo distinguiendo entre “la de tapa
dura, la de tapa blanda y la edición de bolsillo” …
La
oscuridad se impone al final de esta tristona tarde invernal, víspera de Reyes.
Mientras, por una calle cercana pasa una desconectada caravana con los Magos
subidos en camellos prestados por un circo. Evaristo y yo nos vamos mientras
ANDREA y SAM añaden “aproximadamente” al texto de sus carteles.
Carlos Miranda, Embajador de España