ENTRE SALMÓN Y ESTURIÓN
Madrid, 02-03-2021
(Lectura
rápida 😊)
Mi sobrino Evaristo está risueño. Sentados en la terraza de mi bar favorito, aprovechamos algunos rayos de sol. Los androides ANDREA y SAM nos han servido, como es habitual, lo que deseábamos sin preguntárnoslo. Esta vez, unos canapés de salmón y esturión ahumados. ¡Sus inteligencias artificiales son divinas!
- - “À chacun sa peine”, me dice Evaristo en francés.
- . Ese refrán dice más bien: “À chaque jour suffit sa peine”. Cada
día tiene sus penalidades.
- . Tendrás razón, pero yo prefiero decir que cada palo aguante
su vela.
- - ¿A dónde quieres ir?
“Pues, que cada cual tiene sus problemas”, irrumpe
ANDREA.
- - Yo pensaba que leíais lo que deseábamos tomar, no todos
nuestros pensamientos, le dice Evaristo a la ginoide.
“No leemos sus pensamientos, Don Evaristo”, interviene SAM. “Con nuestra inteligencia artificial calculamos rápidamente lo que ustedes desean en función de sus pasadas comandas, del día que hace, de la cara que ponen, de cómo van vestidos, de la hora ...”.
- - Vamos, que sois muy inteligentes, le interrumpe Evaristo, irónicamente.
“Pues
sí”, señala ANDREA con suficiencia. Ustedes, los humanos, debieran ir acostumbrándose.
Cada vez más van a estar rodeados de robots, humanoides o no, capaces de tomar decisiones más rápida y acertadamente
que ustedes en función de instrucciones
de partida que ustedes dan y de las enseñanzas que, subsiguientemente, aprendemos
nosotros mismos”.
- - No sigas, ANDREA, que me está entrando un escalofrío, le
digo, sin perjuicio de que el futuro sea ese. No sólo para servir copas y
canapés, también para administrar una vivienda o dirigir algún armamento letal
.... Volvamos a lo tuyo, Evaristo.
- - Si los indepes catalanes se enfrentan en peleas internas (y a
su desastrosa gestión del Principado), en
Escocia también se pelean entre ellos. Y, en vísperas de unas
elecciones en mayo.
- - No compares Cataluña con Escocia. Ésta fue
independiente y se unió a Inglaterra hará algo más de 300 años con la
peculiaridad de que ambos reinos tenían al mismo soberano: la reina Ana.
Cataluña era parte de Aragón cuando se casaron Isabel y Fernando hace más de
550 años.
- - Sin duda, admite Evaristo. No son comparables, pero los del Scottish
National Party viajan a Barcelona como si fuese Roma y los separatistas
catalanes se fijan en Escocia. Es más, menudo
problema se le planteará a toda la UE si Escocia logra su independencia y pide
ingresar en la Unión porque separatistas los hay en bastantes socios,
aunque para los escoceses sería “volver”. Hervirá la olla comunitaria.
- - Si un país está fuera de la Unión y se rompe
no es lo mismo que si está dentro, pretendo. Checoeslovaquia estaba
fuera y se dividió en Chequia y Eslovaquia antes de ingresar ambos en la UE.
Otra cosa hubiera sido después.
“¡Cuanto
sabe usted!”, me dice SAM con retintín.
- - Si Escocia se separa de un Reino Unido que ya no es miembro
de la UE, interviene Evaristo, no creo que esta última vaya a maniobrar contra
su ingreso en la UE.
- - Si ingresa, ¡menuda bronca montarán los independentistas
en Cataluña!, exclamo.
“¿Esto es lo
que usted quería señalar al principio con su refranero francés?”, pregunta
ANDREA a Evaristo.
- - Quería señalar que el nacionalismo escocés está ahora inmerso
en una gran batalla interna. Alex Salmond gobernó cual un santón pujoliano el
independentismo escocés. Dimitió en 2014 a consecuencia del referéndum fallido
de independencia, pero, luego, tuvo que apartarse de la política por una
demanda interpuesta por varias mujeres que afirmaban que se había propasado con
ellas.
- - Tomó su relevo Nicola Sturgeon.
Actualmente, quiere extraerle otro referéndum de independencia a Londres,
recuerdo.
- - En efecto, precisa Evaristo, pero a Salmond le declaró no
culpable un Tribunal y ahora se ha revuelto
contra Sturgeon a la que acusa de
haberle zancadilleado desde la sombra.
- - Una mala pelea interna que puede perjudicarles un rato,
concluyo. Pero, al final, tienen los escoceses bastantes
papeletas para independizarse e ingresar en la UE, más tarde o más
temprano.
Carlos Miranda, Embajador de España