TIEMPOS
INCIERTOS
Madrid, 06-07-2020
(Lectura fácil 😊)
Aprovechando
las facilidades telemáticas de mi bar favorito, mi sobrino Evaristo y yo
celebramos una tertulia en compañía de los androides ANDREA y SAM, gestores
eficaces del local.
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Lérida ha vuelto a ser confinada, señala Evaristo, esta vez
por la Generalitat, por un rebrote importante del coronavirus. Todos los que
disponían de una segunda residencia salieron disparados, sin importarles si
eran o no exportadores del virus.

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Ya, pero creíamos, señalo, que los catalanes tenían “seny”,
un sentido común especial, pirenaico y mediterráneo, francés e italiano. Lo
castellano es demasiado blanco y negro para la sutileza catalana, añado
irónicamente.
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En Lleida, en catalán, han quedado los que no tenían a donde
ir, sigue Evaristo. Entre ellos los temporeros que malviven en las calles o
duermen hacinados y que, por su indigencia, no pueden “guardar distancias
sociales” para prevenir contagios. Entre la miseria y el virus, arriesgan salud
y vida para comer. Por las mañanas aparecen camionetas de agricultores que
eligen a los que podrán trabajar ese día por “cuatro duros”, o poco más, un
sueldo bajísimo.
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Eso recuerda, señalo, cuando cundía antiguamente en
Extremadura y Andalucía la pobreza, los capataces de los latifundios elegían a
los peones agrícolas que necesitaban un día cualquiera. Ese “mercado” tenía
lugar en la plaza central de cualquier pueblo.

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- El virus acrecienta estas situaciones, explico, pero vivíamos
ya un momento histórico en el que la automatización industrial y la modernización
agrícola requieren todavía una mano de obra marginalizada y barata por su
proletarización. Hemos vuelto al siglo XIX y a la Revolución Industrial,
aunque la actual revolución, en términos productivos, es tecnológica y de
conocimiento con el desarrollo de la inteligencia artificial.
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¡Unas contradicciones extraordinarias! exclama
Evaristo.
Nos llevarán a otro mundo muy diferente y para el que una sociedad como
la española debe prepararse mucho más de lo que lo está haciendo.
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Ocurre en todas partes, preciso, en un mundo que anda
bastante torpe.
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¿Qué quieres decir?
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Al nivel internacional, continúo, hay un aparente
desorden e, históricamente, en estas
circunstancias se ha tendido en el pasado al caos.
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Ciertamente, afirma Evaristo, aunque algunos señalan con
esperanza que del caos nace la luz, la realidad internacional está muy
complicada hoy en día con alguna que otra potencia tecnológica dedicada a
promover “fake news” para introducir la desconfianza en otros países entre las
opiniones públicas y sus gobiernos. Una guerra larvada informática en la que
se intenta derribar a otros con patadas en las espinillas más que con un gran
puñetazo buscando un fuera de combate fulminante, algo muy difícil hoy en día.
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Es verdad, reconozco, el
panorama internacional es deprimente.
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¿Como lo resumirías?, pregunta maliciosamente mi sobrino.
“La ruina
económica es actualmente el gran enemigo mundial, se me adelanta ANDREA, tras
la barra, y muchos temen que rebuscando tesoros escondidos se acabe matando las
gallinas que ponen huevos de oro”. SAM sentencia: “Favorecen más a unos que
otros, sin duda, pero dan de comer a muchos”.

Evaristo no
pudo continuar porque se nos acabó el tiempo y la conexión.
Carlos Miranda, Embajador de España