RECONSTRUCCIÓN Y
ALARMA
Madrid,
25-05-2020
(Lectura
rápida 😊)
Evaristo
y yo celebramos otra tertulia telemática con el apoyo visual de mi bar favorito
con sus dos androides, ANDREA y SAM. Afortunadamente, este bar no tiene
terraza. Le quitaría su intimidad.
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Tras
su pacto con Bildu, empieza Evaristo, equivocado e inoportuno,
como señaló Calviño, parlamentariamente innecesario, Sánchez quiere
reconciliarse con los empresarios llamando a algunos de ellos “patriotas”, como ya hizo Iglesias.
Todos los españoles somos patriotas. Esta calificación no debiera permitir
crear más facciones como hacen algunos con la bandera española que es de todos.
Igual Moncloa crea una medalla del “patriotismo Sanchoiglesista”.
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Tienes
razón, respondo, en lo del patriotismo y en lo de la bandera, solo que en esto
último la izquierda se la entregó apocadamente a la derechona al no
usarla. No puede, pues, quejarse de su apropiación por otros.
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Calviño sale reforzada de su rectificación del pacto con Bildu, continua Evaristo,
y debiera mandar más claramente aún en su terreno económico en el que Sánchez sigue
ambiguo. Asimismo, los barones socialistas resurgen haciendo más plural
su partido.
“Al
votar contra la prórroga del Estado de Alarma, el PP aniquiló su utilidad contra
la pandemia y, consecuentemente, su imagen de partido de Estado, abandonado
a Ciudadanos”, señala ANDREA. “Mientras,
Vox recoge los magros beneficios de la irresponsabilidad de Casado, sin que
ello justifique, como pretende Sánchez, su acuerdo con Otegui y un Bildu tan cercano
a ETA que festeja la liberación de los etarras no arrepentidos”.
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Europa
va camino de decirnos cosas que no nos gustarán para la recuperación económica,
afirmo, cambiando de tercio.
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Seguramente,
continua Evaristo. Por eso, Sánchez e Iglesias se darán prisa en adoptar
medidas que Bruselas no apoyaría para presentárselo como hechos consumados.
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¿Cómo
el ingreso mínimo vital?
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En
Finlandia lo probaron y suprimieron. En el País Vasco existe y están satisfechos.
Pensaba, también, en el impuesto a las grandes fortunas de Iglesias y Sánchez
al que se oponen, entre otros, ministros socialistas “vintage” como José Bono o
Miguel Sebastián.
“Los dos subrayan”,
interviene SAM, “que una cosa es aumentar impuestos sobre las rentas (incluso
contraproducente en tiempos de crisis, añaden) y otra imponer el ahorro
patrimonial, asustando a las clases medias. Las verdaderas grandes fortunas se
zafan con construcciones jurídicas legales“. “Todo eso está muy bien”, interrumpe
ANDREA, “pero, ¿qué va a pasar con el Estado de Alarma?”.
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¡Se
ha acabado! exclama Evaristo. Sánchez se asustó tanto el último miércoles que
no querrá volver a mendigar otra prórroga. Vamos hacia “desescaladas exprés”,
más políticas, me parece, que aconsejadas por expertos.
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Si
pide otra prorroga, estaría más en manos de Ciudadanos, admito. No creo que
Arrimadas fuese a negarsela. Sería desandar su internada al centro.
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A
Iglesias no le gusta este apoyo de C’s, responde Evaristo. Igual es Podemos quien
entorpece una renovación que disgusta a Bildu, ERC y otros amigos suyos. Cuanto
peor, mejor para futuras revoluciones.
“Yo
pienso”, tercia ANDREA, “qué en su comparecencia del sábado pasado, Sánchez fue
claro: constató una victoria sobre el virus, bendijo el fútbol en junio y el
turismo en julio (tendrá que suprimir la cuarentena), anunció la inminente
aprobación del ingreso mínimo vital, diez días de luto por los fallecidos y un
futuro homenaje. Parece un discurso de punto final”.
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Quizás
tengas razón, ANDREA, respondo a la genoide, pero aún tiene Sánchez una
semana larga para decidirse.
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Si
se puede seguir sin la Alarma, interviene Evaristo, ello reforzará la duda de
si se pudo luchar contra el virus sin su concurso, como otros países.
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Cada
cual, con sus peculiaridades, preciso. Para mí, lo
importante no es tanto el marco jurídico como otras dos cosas: el comportamiento
social, siendo preocupante lo que veo; y la necesidad de la
reconstrucción económica que requiere sensatez en el PP, así como adaptar el
programa gubernamental y no, precisamente, en contra de Calviño …
Antes de que pudiese
continuar, se acabó abruptamente el tiempo y la conexión.
Carlos Miranda, Embajador de
España