FILTRACIÓN
Madrid, 17-marzo-2023
(Lectura de pocos minutos 😊)
Mi sobrino Evaristo se sienta a la mesa que nos ha asignado en la terraza PAAF, el dron-mayordomo volador de mi bar favorito. Enseguida los androides ANDREA y SAM nos traen sin preguntar, como siempre, gracias a los algoritmos de su inteligencia artificial, lo que deseamos tomar.
“¿Qué
le parece, Don Evaristo, la reciente filtración de documentos secretos por parte de un jovenzuelo militar americano?”, pregunta enseguida
SAM.
- Pues que en esto de los espías no me fío ni un pelo de nadie, ni de los míos, responde Evaristo. ¿Se trata de una información filtrada o de desinformación puesta en circulación?
- Supongo que las dos cosas a la vez, señalo por mi parte.
- Pues mira, insiste Evaristo, podrías considerar la siguiente hipótesis de trabajo desde Langley donde está la sede de la CIA. Primero, pretendes despistar a los rusos. Asimismo, hay que intentar atraer a los ucranianos a una mesa negociadora. Por otra parte, hay que descolocar a Macron que se está achinando y no controla su propio país que está en llamas por trabajar dos años más antes de jubilarte a la temprana edad de 64 años cuando la esperanza de vida no hace más que aumentar. Hay, también, que dar falsas esperanzas a Pablo Iglesias y a Yolanda Díaz dispuestos a una revolución y a cualquier frente popular el uno sin la otra y viceversa. Finalmente, hay que anular en Massachussets a unos adolescentes atontados que cualquier día agarrarán una ametralladora para una matanza en una escuela, en un banco o, peor para la imagen de control de la Casa Blanca, en una base militar …
- ¡Tú has leído muchas novelas de espías!, exclamo, más que nada para pinchar a Evaristo.
- No creas, responde. Para todo eso manipulas al más tonto del grupo que filtra lo que te interesa, que le has proporcionado previamente, y, luego, detienes al más peligroso, un “pibe” de apenas 21 años … ¡Ya me dirás!
“Yo,
lo que veo”, señala ANDREA, “es un pobre chaval apenas salido de la
adolescencia que por presumir ante sus amigos de saber muchas cosas reservadas se
va a pasar 20 años en la cárcel. Un tonto tontísimo, pero idiota. ¡Pobrecito! Ni siquiera es un espía ruso. Sólo quería lucirse
ante su grupo de amigos adolescentes, el muy vanidoso”.
- Celebró ANDREA, que tengas como ginoide incluso un espíritu maternal, le dice Evaristo con cierta ironía a ANDREA, pero el fallo americano es el de haber dado acceso a información reservada y secreta a una persona que no la necesitaba. Ha fallado el principio del “Need to know”, necesitar la información profesionalmente, un principio, sin embargo, muy arraigado en la llamada comunidad de los servicios de información anglosajones.
- Sea lo que sea esta información filtrada, señalo, veraz, falsa, un fallo que obliga a modificar planes en Ucrania o un cebo para los rusos, lo cierto es que permite una mirada incluso inquietante para Moscú sobre cómo le van las cosas al Kremlin en Ucrania.
- En efecto, me dice Evaristo. El propio New York Times indica que las voces son muy discordantes en Rusia y no sólo entre la compañía guerrera privada Wagner, constituida a base de presidiarios, y los militares rusos, asimismo entre estos y los servicios de información de ese país que multiplican ampliamente, frente a su ministerio de Defensa, las cifras de muertos y heridos rusos en Ucrania y los numerosos fallos de sus milicos como dirían en Latinoamérica.
- Todo eso obtenido por los americanos con espionaje electrónico, sin recurrir a fuentes humanas como dicen ahora, los espías clásicos.
- En efecto, admite Evaristo. Ya no son tan fundamentales, pero, si los tienen, han sabido preservarlos.
Antes
de que le pregunte a mi sobrino por su reciente vida misteriosa, y, sospecho,
ucraniana, Evaristo se escabulle rápidamente
dejándome, esta vez, la modesta factura de nuestra tertulia verpertina que
abonó a PAAF con mi teléfono, como me ha enseñado el propio Evaristo.
Carlos Miranda, Embajador de España