Madrid, 20-04-2020
(Lectura rápida 😃)
Acabo
de conectar con mi bar favorito donde ANDREA y SAM han instalado unos cafés y
unas copas testimoniales para que mi sobrino Evaristo y yo estemos virtualmente
de sobremesa en este local tristemente cerrado por confinamiento. Evaristo, por
su parte, tarda en instalarse, a través de la otra pantalla, con una cara
embobalicada.
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Mi
novia me dice que este confinamiento es para algunas parejas que viven solas
como una nueva Luna de Miel.
ANDREA
y SAM se miran con complicidad mientras emiten, jocosamente, durante unos
segundos, la Marcha Nupcial de Mendelssohn. Evaristo no cae en la trampa y
prosigue:
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Estar
encerrados tanto tiempo tiene que afectar a las relaciones en pareja o en
familia.
Cuantos más en menos metros cuadrados, más heroico el encierro y la desescalada
acabará mostrando muchos cambios relacionales, para bien y para mal.
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Seguramente,
le respondo. Además, al ser la desescalada asimétrica por territorios y edades,
la fortaleza espiritual de los que más tarden en volver a la normalidad
estará más a prueba.
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En
efecto, señala Evaristo. En Francia anunciaron que igual los mayores debieran
de quedarse confinados hasta finales de año y se montó tal marimorena que el
gobierno tuvo que dar marcha atrás.
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Aquí,
preciso, hay una petición en “Change.org”, otra “rebelión de las canas”
que va ganando firmas, pero muchos mayores se han convertido en dóciles corderos
oficialistas que no se atreven a rechistar: “A mí, lo que me digan”, balan.
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Hay
mayores, afirma Evaristo, que, ya que les dicen que prolongar su encierro es
para protegerles por ser población de riesgo, reclaman asumir sus
responsabilidades para determinar si quieren “vivir viviendo”, con riesgos,
o protegidos en campanas de aislamiento.
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Habrá
que buscar equilibrios, reconozco, entre los derechos individuales y las
capacidades colectivas, en este caso las hospitalarias que, ahora,
afortunadamente, se están descongestionando.
SAM
emite una tos metálica no vírica e interrumpe preguntando si Casado y Sánchez
llegarán a entenderse en algo. “¿Fue positivo el resultado de su encuentro
telemático de esta mañana?”, pregunta ANDREA.
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Sánchez,
con su raquítica mayoría “Frankenstein”, necesita el apoyo de la derecha
para sacarnos del agujero económico. Así lo reclama una abrumadora mayoría
de españoles, subrayo. ¿Sabrán estos dos políticos
estar a la altura, cediendo ambos
por el bien general del país? Al menos, han acordado esta mañana tratarlo en
una Comisión del Parlamento. Así, el PP podrá
pactar girando gradualmente su postura inicialmente reacia e ello.
Sánchez tendrá que entenderse seriamente con el PP.
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Tienes
razón, concede mi sobrino. No se puede pretender unidad en Europa mostrando
desunión en casa. El Presidente extremeño, el socialista Fernández Vara,
afirma que la crisis se llevará por delante a nuestra clase política.
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Estaría
bien, afirma Evaristo. Aunque no fuese una mutualización de deuda se podría
entender como una “colectivización solidaria” de los esfuerzos europeos para
responder a la crisis permitiendo, asimismo, salir reforzada la Unión.
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Esperémoslo,
señalo, pero, incluso en España, hay escépticos al respecto que piensan que
vivimos por encima de nuestros medios y que temen que esto sea una mera operación
de propaganda interna de La Moncloa que si fracasa arrastrará bastante antieuropeísmo.
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Quien tiene un proyecto claro para Europa es Macron, interviene Evaristo. Lo
expuso muy bien en una entrevista con el “Financial Times” en la que afirmó que
la Unión debe profundizar su integración y su solidaridad en un mundo donde
debiera volver decididamente el multilateralismo. Recomiendo verlo en “You
Tube”.
Evaristo
y yo hemos terminado nuestros cafés caseros y algún orujo. Evaristo bosteza en
previsión de una siesta tardía y los dos androides recogen y se recogen. “Hasta
otro día”, dice resignadamente SAM mientras corta la conexión.
Carlos
Miranda, Embajador de España