¿COREA DEL NORTE DESCABEZADA?

 

Madrid, 27-04-2020

(Lectura fácil … 😊)

 

Debido a la aparente desaparición del “Líder Supremo” norcoreano, Kim Jong-un, mi sobrino Evaristo organizó rápidamente este lunes un aperitivo telemático en mi bar favorito, tristemente vacío por el confinamiento. Sus encargados, los androides ANDREA y SAM, refunfuñan porque el dueño del local les ha dicho que vayan instalando mamparas translúcidas para separar y proteger en el futuro a los clientes del virus maléfico. No  obstante, hacen un esfuerzo y sitúan simbólicamente, como va siendo costumbre, sobre la barra unos vasos, una botella de Jerez y una lata de berberechos. Cerradas. Los androides, al menos éstos, no comen o beben, ni hacen que lo hacen ….   

 

-          Gracias, les dice Evaristo desde su pantalla con una copa en la mano. Si Kim Jong-un, amigo íntimo de Donald Trump (“Rocket Man”, le llama afectuosamente …) se muere, sería un notición en medio del coronavirus.

 

-          En efecto, comento. Habrá que observar si fusilan a algún cirujano norcoreano, porque hay quien afirmaba que el encargado de operar al joven dictador estaba muy nervioso, y se comprende. Asimismo, decían, un equipo de médicos chinos se ha desplazado a Corea del Norte. No hay humo sin fuego, pero tendremos que ver si todas estas noticias se confirman.

 

      -    Si reaparece vivo y coleando, dice Evaristo, sólo sabremos, quizás, del fusilamiento del cirujano. Si se ha muerto o está como un vegetal, como también aventuran, la cuestión será la sucesión, así como la supervivencia del régimen. Lo más probable es que lo primero recaiga en un pariente (¿su “despiadada” hermana Kim Yo-yong?) salvo que un militar o miembro del partido bien colocado tome el mando.

-          Una caída de la dictadura no me parece cosa fácil, afirmo. Si hay cambios, si los hay, insisto, será, probablemente, al estilo chino: apertura al capitalismo (salvaje) con mantenimiento del régimen comunista. Es un esquema mantenible por un tiempo. Mejorarían las relaciones entre las dos Coreas, con entradas importantes de capital surcoreano. Permitiría al Sur comerciar con el mundo a través del Norte que actualmente tiene aislada a Corea del Sur, como si fuese una isla.

“Pero, más adelante, se plantearía de nuevo la cuestión de la unión de las dos Coreas, y si en una hay libertad y partidos, en la otra querrán lo mismo”, afirma rotundo SAM.

-          Es posible, señala Evaristo, y no creo que le hiciese gracia a la China de Xi que no contempla para su país un escenario de libertades democráticas, porque de haber una reunificación sería, entonces, al estilo alemán con toda la península en manos de un aliado de Washington.

“¿Qué pasaría con el armamento nuclear norcoreano y su programa?” pregunta, inquieta, ANDREA.

-          Mientras Corea del Norte sea un país independiente bajo el control de un solo partido, con economía socialista o capitalista, da igual, mantendrá su arsenal y su programa nuclear, respondo, quizás con menos provocaciones. Si hay   una reunificación, que solo concibo en un marco democrático, habrá grandes presiones, entonces, para su eliminación tanto por parte de China como de EEUU y de todos los países miembros del TNP, que son casi todos los del mundo. En todo caso, Corea del Sur se ha pronunciado ya por una desnuclearización de la península coreana lo que EEUU podría aceptar si Corea del Norte se convierte en una democracia y, con más motivo aún, si hay una reunificación en los términos democráticos antes descritos.

-          No dejan, señala Evaristo, de ser solamente unas especulaciones, porque igual sin Kim Jung-un nada cambia. Los norcoreanos son tan misteriosos como el COVID-19. La nomenclatura del régimen sabe que ciertos cambios pueden acabar aniquilándola.

-          Es verdad, admito. Bastante dependerá, creo, de hasta qué punto será sostenible en Corea del Norte una población maltratada.

SAM le hace una señal a ANDREA y recogen la botella, la lata y los vasos. “Tenemos que estudiar como instalaremos las pantallas”, nos dice algo incomodo SAM. “Esto ya no va a ser los mismo”, suspira ANDREA mientras apagamos las pantallas.

 

Carlos Miranda, Embajador de España